La división en dos lecciones, que es común en muchas escuelas de italiano para extranjeros, responde a motivos de practicidad: hay personas que sólo quieren prácticar italiano, otras que a duras penas aguantan la gramática, otras que no tienen suficiente tiempo para las cuatro horas y que, por tanto, prefieren apostar decididamente por uno de los dos aspectos de la didáctica.
La enseñanza de una segunda lengua debe adecuarse a las exigencias de los estudiantes. Frecuentemente estas exigencias son comunicadas directamente, otras veces aparecen durante el desarrollo del curso.
No se tratan sólo de exigencias expresamente didácticas, aprender italiano pronto y bien, sino de otro tipo. Normalmente entre todas las necesidades emerge la exigencia de un profesor que mantenga un perfil ligero, ameno y lúdico. El aspecto motivacional toma importancia en el cual el profesor asume un papel no sólo lingüístico sino de animador.
La ecuación saliente es un término medio muy satisfactorio entre la didáctica, la personalidad, los deseos y las necesidades de los alumnos (necesidades en general, motivaciones, prejuicios, limitaciones culturales y personales, etc.).
Gramática
La parte más tradicional del curso, empieza habitualmente con la observación antes y la explicación luego de un aspecto estructural en particular: el presente, el pretérito perfecto, el artículo determinado, los adverbios de tiempo, etc... seguido de una serie de ejercicios estructurales sobre el tema de estudio implicando a los estudiantes en la creación de ejemplos sobre el asunto que se trata. Los alumnos son animados a hacer cualquier pregunta cuando tengan alguna duda. Si alguien encuentra dificultades, la clase busca en grupo una solución compartida mediante una reflexión conjunta con el profesor.
Al no haber suficiente material existente en el mundo del aprendizaje del italiano para extranjeros, los profesores han desarrollado materiales de apoyo para todos los niveles. Cada docente es libre para elegir el material que estime más oportuno, siempre manteniendo en el plan de estudio los temas previstos para ese nivel que están indicados entre los objetivos didácticos.
Conversación
En las horas de conversación la participación activa de los alumnos debe ser estimulada lo máximo posible: con este objetivo se trabaja mucho en grupos y en parejas.
En estas horas el componente lúdico es predominante; la reciente ortodoxia didáctica corrobora que aprender olvidando que se está en un centro educativo constituye una gran estrategia de aprendizaje.
Los estudiantes son invitados repetidamente a expresarse libremente sin dejarse frenar por buscar la corrección exacta gramatical. En esta fase (principiantes hasta el A2), la eficacia comunicativa y la obtención de metas inmediatas de la comunicación debe tener la preferencia. Además el estudiante no es interrumpido mientras habla, aunque el profesor toma nota de los errores, y los hace saber al alumno y posteriormente al grupo en general.
La escuela hace uso de libros en los cuales hay contenidos muchos juegos y actividades para desarrollar en grupo; uno de los objetivos principales es el de superar las resistencias emotivas, también llamado “filtro afectivo” que supone un obstáculo a la hora de hablar libremente cuando se habla para toda la clase.
Las diferencias entre los participantes (culturales, geográficas, de escolarización y de experiencias laborales o existenciales) constituyen un permanente desafío en el cual el profesor debe dar lo mejor de sí.
Junto a las conversaciones guiadas en mayor o menor medida por el profesor y a las actividades de gramática con ejercicios en papel, se une el uso de contenidos audiovisuales, sobretodo CD’s de apoyo provenientes de los libros usados en clase o también escenas didácticas de películas italianas.
Internet también ofrece muchísimo material que se convierte en didáctico para el alumno. Un ejemplo son los artículos de periódicos, modificados para su uso en el aula. Esto consiente también el dar información de gran utilidad para los estudiantes.
Por lo que respecta a la conversación, en los objetivos comunicativos de cada nivel, se desarrollan las actividades correspondientes con el fin de alcanzar las metas de cada nivel.